Sesiones de Astrología Terapéutica
La Carta Natal es una foto del cielo del momento del nacimiento de una persona.
Como los astrólogos creemos en el principio de correspondencia: «como es arriba, es abajo», ese bebé que nace en un determinado momento y no otro, tiene una determinada energía. La carta, entonces, pasa a ser un mapa de la psique, su identidad energética.
Lo que sucede es que, a medida que este bebé crece, va desarrollando una identidad psicológica.
Es decir, una autoimagen que no va a coincidir con la identidad energética en su totalidad. En principio, voy a poder ver en mí ciertos aspectos de mi energía, pero no todos. Aquellos que no vea en mí, van a proyectarse hacia «afuera»: hacia mis vínculos, las cosas que me pasen, mi casa. De tal manera que el «afuera» va a ser un espejo de lo interno.
Pensemos para qué necesitamos un espejo.
Si no tengo un espejo, voy a poder ver solo una parte reducida de mí misma: mi pecho, mis brazos y manos, mis piernas, mis pies. Pero no voy a poder ver mi cara, mi pelo, mi espalda. Es decir, necesito del espejo para verme completamente. De la misma manera que necesitamos a los demás para vernos completamente. Crecemos y sanamos en vínculo.
La Carta Natal es el primer paso para un viaje de autodescubrimiento del ser,
para darme cuenta de que soy mucho más de lo que pensaba que era.
Luego existen sesiones que complementan esta información de manera de pronóstico estacional:
los tránsitos planetarios (cómo están en un determinado momento los planetas y qué partes de mi carta pueden estar afectando), las revoluciones solares (cerca del cumpleaños o a seis meses del cumpleaños, se levanta la carta del momento del cumpleaños como pronóstico del año).
Este tipo de información viene a mostrar qué partes de mi carta (o sea, de mí misma)
están pidiendo pista para protagonizar en ese momento. Sería algo así como: «es un buen momento para…». Pero más allá de lo concreto, son interesantes para darle sentido a los procesos en los que estoy, para entender el «para qué», que siempre tiene que ver con desarrollar (o soltar) partes de mí misma para evolucionar.